Concordia
Video de Ricardo Corbalán-Pincheira
Video de Ricardo Corbalán-Pincheira
Escribe Sergio Grez Toso*
Fuente: Polítika n° 67
Cada cierto tiempo afloran los fantasmas de los viejos antagonismos que han perturbado las relaciones chileno-peruanas desde los inicios de la era republicana. Las guerras de 1836-1839 y 1879-1883 dejaron animosidades que aún no se han borrado del espíritu de muchos ciudadanos de ambos países.
En Perú el sentimiento anti-chileno es recurrentemente atizado por políticos en busca de apoyo fácil, y en Chile el odio anti-peruano es alimentado por los sectores más xenófobos, chauvinistas y belicistas, que han encontrado en los peruanos avecindados en nuestro país un chivo expiatorio para que la gran masa de chilenos descargue las frustraciones y neurosis generadas por el modelo económico actual.
El nacionalismo actúa una vez más como un veneno que corroe, corrompe y destruye el alma de los pueblos, oponiéndolos entre sí de manera frontal, impidiéndoles percibir la causa real de sus problemas y señalando vías erróneas para su solución.
Para combatir este mal desde su raíz es necesario entender -y hacerlo saber a través de la educación formal y por los medios de comunica- ción social- que el “patriotismo” moderno o lealtad a un Estado nación es un fenómeno histórico, temporal (no ha existido siempre y no existirá por siempre), fruto de determinadas condiciones y contextos.
También es preciso saber que si bien en nuestro continente el nacionalismo ayudó a la formación de los Estados nacionales bajo la dirección de las clases dominantes (muchas veces en oposición o ante la indiferencia de las masas populares), este sentimiento no brotó espontáneamente en la inmensa mayoría de la población.
Fue el fruto de una “pedagogía” (a veces muy ruda) y del disciplinamiento del “bajo pueblo”, que en el caso chileno durante el siglo XIX combinó acciones tales como los reclutamientos forzosos durante las guerras de la Independencia y contra la Confederación Perú-Boliviana, la pena de azotes, los trabajos forzados, las jaulas rodantes instauradas por el ministro Diego Portales donde se trasladaba y se hacía vivir a los condenados obligados a servir en las obras públicas, la instalación de jefes militares sobre la jurisdicción de los principales yacimientos mineros, la extensión a lo largo del territorio nacional de los aparatos de Estado (policía, fuerzas armadas, tribunales, cárceles, entidades administrativas de diverso índole), la prédica “patriótica” de la Iglesia y de la escuela, la obligación para los trabajadores de cumplir una especie de servicio militar permanente en las filas de la Guardia Nacional (que a partir de 1900 sería reemplazado por el Servicio Militar Obligatorio), la difusión de símbolos patrios y la celebración obligatoria de ciertas efemérides.
De esa manera, y sobre la base de un mestizaje étnico y cultural más acentuado que en otros países latinoamericanos, se desarrolló el “patriotismo” chileno que las historias oficiales presentan como algo “dado”, natural, eterno e inmutable.
Pero el nacionalismo devenido en chauvinismo por la acción de los poderes interesados en ello se torna en contra de los intereses de los pueblos que dice servir.
La perpetuación, por ejemplo, de las conmemoraciones belicistas (21 de mayo en Chile y 8 de octubre en Perú) no hace sino alimentar el desprecio y el odio por los vecinos. Lo mismo que la negativa chilena a devolver trofeos de guerra como el monitor “Huáscar”.
Óleo de Thomas Somerscales
Así se eternizan rencillas de un pasado de división y enfrentamiento entre los pueblos de un continente que tiene pendientes grandes tareas para superar la dependencia, el atraso económi- co, las injusticias y desigualdades sociales. De esta manera los militaristas y belicistas de todos los bordes logran año tras año reforzar la carrera armamentista culpando de ello siempre al país vecino en una espiral sin fin.
Solo con una revisión crítica de nuestras historias (tanto la chilena como la peruana) y con gestos políticos concretos –como fue la acertada de- cisión de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de nuestro país de devolver el patrimonio bibliográfico y documental robado a la Biblioteca Nacional de Lima por las tropas chilenas de ocupación durante la Guerra del Pacífico- se podrá avanzar en la vía de la hermandad entre los pueblos y del progreso social
Como sostuviéramos hace ocho años un grupo de ciudadanos chilenos y peruanos en un Mani- fiesto binacional exigiendo a nuestros gobiernos la erradicación de los feriados belicistas:
“Estamos convencidos que el ‘desarme de los espíritus’ es un paso importante hacia un progresivo desarme material, que permita evitar que cuantiosos recursos que deberían destinarse al bienestar de los pueblos, se desvíen hacia la mantención de costosísimas y sofisticadas maquinarias de guerra”.
Guiados por el mismo propósito, en marzo de 2007 un grupo de chilenos constituimos el Comité “Devolvamos el Huáscar”:
http://devolverelhuascar.blogia.com/
Para avanzar en la senda del progreso social y el entendimiento entre las naciones del continente, al igual que los libros y documentos de archivo, el “Huáscar” debe emprender el viaje de retorno a su país.
Lester Cabrera ToledoAcadémico ANEPE
Cuando se tocan tópicos relativos a la relación entre Chile y Perú, es muy usual escuchar o leer frases como “debemos superar el pasado y mirar hacia el futuro”, “dejemos los aspectos históricos que nos dividen y avancemos juntos hacia el futuro”, “tenemos más cosas en común que diferencias”, etc. Lo anterior, si bien se da mayoritariamente de voces chilenas, también se genera en buena parte de las elites peruanas. Pero dicho discurso, además de ser catalogado como de “diplomáticamente correcto”, es tendencioso y falso, no reconociendo las debilidades estructurales mismas de la relación, y sobre las cuales sería posible construir verdadera confianza mutua.
Pero además, existen dos temáticas entre chilenos y peruanos que, o bien se consideran irrelevantes, o simplemente se dejan pasar por su complejidad: establecer mecanismos para conocer la percepción mutua, y generar las condiciones para aumentar la exposición de los elementos e instancias positivas en la relación.
Con respecto al primer punto, resulta indispensable rememorar instancias de un pasado bélico, y comenzar a construir elementos en común sobre la evolución de la relación, los que si bien pueden ser diferentes, no significa que no puedan ser complementarios, dejando de lado posturas absolutistas. Es cierto, declarado por historiadores peruanos, que “el Perú se compró la Guerra del Salitre (como es conocida en aquel país)”, también es cierto que los chilenos cometieron los excesos que en toda confrontación bélica suceden. Ambas son posturas a la luz de los hechos, irrefutables. El problema comienza cuando este conflicto, que sucedió hace más de 100 años, sigue siendo el prisma sobre los cuales ambos países modelan la forma de relacionarse. ¿Cómo no va a ser posible superar aquello?
Se plantean, de modo muy idealista, dos fórmulas en cuanto a mejorar la relación bilateral: que Chile debe tener con el Perú una relación similar a la que tiene con Argentina, y que se debe tomar como ejemplo lo sucedido entre Francia y Alemania post Segunda Guerra Mundial. Planteamientos totalmente errados y fuera de contexto. Los países no son iguales, y por ende, la forma de relacionarse entre ellos es única, aunque guarden algunas similitudes. Y con respecto a tomar el modelo franco-alemán, aquello, en lo teórico, estaría muy acertado, pero no se debe olvidar que su proceso de afianzamiento se comenzó a construir en los años siguientes de terminado el conflicto, y bajo el manto resolutivo e ideológico propio del contexto de la Guerra Fría. En el caso chileno-peruano, ha pasado demasiado tiempo desde la Guerra del Pacífico, y no existe el panorama que imbuía a los Estados europeos mencionados.
Ahora bien, los diversos gobiernos chilenos y peruanos han impulsado en su momento, mecanismos para mejorar cualitativamente la relación bilateral, reconociendo de plano la base negativa de la misma. Pero lastimosamente, si bien dichas iniciativas se encuentran dentro de la institucionalidad misma de la relación, sus efectos son mínimos en cuanto a trascendencia política, por no decir nulos. Por ejemplo, basta colocar la simple frase “relación Chile Perú” en cualquier buscador de internet, y los resultados son en su inmensa mayoría relacionados con conflictos, divergencias y acusaciones sobre determinadas acciones, o incluso, recordar algún hito positivo en la relación…algo a primera vista bastante complejo. Por ende, en la agenda bilateral es común minimizar los acercamientos y la construcción de una institucionalidad positiva, en favor de maximizar la negatividad de la misma.
Entonces, ¿tenemos solución al problema? Si, y sólo si, las sociedades, impulsadas por sus respectivas clases políticas, logran establecer mecanismos de verdadera confianza. La construcción de un proceso de confianza mutua parte de la base de la voluntad en superar los problemas y conocernos, tal cual como dijo en su momento el ex Presidente Alejandro Toledo, “mirándonos a los ojos, sin hipocresía”. Tener más y mejores índices de intercambio comercial, no es reflejo de tener una “mejor” relación entre ambos países, si aquello no se socializa adecuadamente, e incluso -como ha resultado entre Chile y Perú- puede resultar altamente negativo con una debida instrumentalización, generando un aumento en la desconfianza. Por lo tanto, se debe comenzar reconociendo las diferencias, buscando las similitudes, y estableciendo posturas realistas sobre “el otro”. Si no sucede lo anterior, seguiremos en el círculo vicioso que hemos estado por varias generaciones. El caso en La Haya es, entre otras cosas, un ejemplo de aquello.
Ese buque simboliza la discordia entre peruanos y chilenos. Es la tumba de dos marinos –Prat y Grau- que fueron colegas en la defensa de la América andina en 1865. Tomás Pablo propone convertirlo en museo náutico biestatal y ahora el titular de Defensa sugiere reintegrarlo.
Nada de escandalizarse: en su I Presidencia Ibáñez reintegra, al Perú, Tacna. Pinochet suscribe la Declaración de Ayacucho que compromete a Chile a resolver la mediterraneidad de Bolivia y luego se juega por la paz vaticana con Argentina. Aylwin acata el fallo sobre Laguna del Desierto.
De Gaulle reitegra a la RFA trofeos de guerra y a México otros derivados de la aventura de Napoleón III. Giscard d’Éstagne suprime feriados atinentes a victorias galas en tres conflagraciones francoalemanas. Perón restituye a Paraguay estandartes arrebatados a esa república en la Guerra de la Triple Alianza.
Bolivianos y paraguayos canjean reliquias y archivos atinengentes a la Guerra del Chaco. Entonces no es una extravagancia reintegrar el Húascar, sino tributo a la reconciliación. Mejor aun será “deschauvinizar” la docencia de la Historia Patria, según insisto en mi texto “Bicentenario e identidad”.
Urgente es poner fin a programas de TV como “Adíos al 7º de Línea” y –de modo pactado- atajar la maratón armamentista que enriquece a comisionistas criollos y a traficantes extranjeros mientras empobrece a nuestros pueblos. La UNASUR, la OEA, la ONU deben intervenir en esta materia.
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
NOTA DE PRENSA
El día 28 de junio del 2009 los integrantes del Movimiento por la Hermandad Peruano Chilena (MHPC) realizaremos una Marcha por la Paz entre Perú y Chile que partirá de la esquina de la Av. Angamos Oeste y Av. Arequipa a las 3pm.
La marcha se desplazará a lo largo de la Av. Arequipa con dirección al bypass de la Av. Javier Prado en la que se hará un pronunciamiento, para de allí retornar por la misma ruta a nuestro punto de partida.
El MHPC surge a través de la plataforma virtual Facebook con el propósito de congregar a un grupo de peruanos y chilenos de buena voluntad interesados en mejorar los canales de comunicación, impulsar relaciones de respeto y colaboración entre Perú y Chile, y contribuir a la unidad latinoamericana.
En pocas semanas la afiliación a este grupo ha superado las 36,000 personas y se constituye en una clara demostración que muchos peruanos y chilenos aspiran a dejar de lado rivalidades y construir relaciones más constructivas.
Del mismo modo, este grupo constituye una alternativa de paz a los discursos de odio, revanchismo y supremacía que lamentablemente aun existen entre algunos integrantes de nuestros pueblos.
Esta marcha pacífica coincide con una actividad similar a realizarse en la misma hora en la ciudad de Santiago de Chile.
Invitamos a todas las personas que compartan nuestro propósito y a los medios de comunicación a unirse a esta marcha pacífica y revisar --para mayores detalles-- la información que se encuentra en nuestra página web (facebook).
NUESTRO BLOG:
http://rincondeperuanosychilenos.blogspot.com/
GRUPO EN FACEBOOK:
http://www.facebook.com/group.php?gid=68024215107&ref=share
EVENTO EN FACEBOOK:
http://www.facebook.com/event.php?eid=65210249731&ref=ts
VIDEO PROMOCIONAL DE LA HPC Y DE LA MARCHA DEL 28 DE JUNIO:
http://www.youtube.com/watch?v=lW5wBnIJEf4
PAGINA EN FACEBOOK:
http://www.facebook.com/editalbum.php?aid=269937&add=1&id=212400440710#/pages/Hermandad-Peruano-Chilena-HPC/212400440710?ref=nf
Movimiento por la Hermandad Peruano-Chilena
hpc28@hotmail.com
Diego Fernández-Maldonado Delfino
Coordinador en el Perú
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También participará el
COMITÉ DE CHILENOS POR LA DEVOLUCIÓN DEL HUÁSCAR
Querido Sergio, junto con reiterar mis buenos deseos de este 2009 que se anuncia duro y complicado para la raza humana, como hombre que anda por la calle te hago llegar estra mi decision para que tengas a bien poner mi nombre de simple mortal en la lista de chilenos totalmente convencidos de la devolucion del monitor Huascar a la hermana Republica del Peru.
Querido Sergio hace muchos años siendo un joven estudiante de la U. Catolica de Chile con un grupo de compañeros de la epoca asistimos a una reunion de Universidades Catolicas en Lima, fui destinado a la casa del Dr. Zegarra Villar, abogado ilustre de esa plaza, donde vivi todo el tiempo que permaneci en Lima.
Alli pude hacerme con la informacion que en Chile nunca se me dio, que es la otra cara de la Guerra del Pacifico y con estupor me di cuenta del conjunto de mentiras e infamias que se me habian inculcado en la informacion que se me dio en la educacion sistematica de la que habla ese señor que exhibe el grado de almirante de Chile.
Cada paso que di en suelo peruano el que pude recorrer de norte a sur fui de sorpresa en sorpresa, corria la decada de los años sesenta. En el profundo afecto y clara vision sobre las brutalidades de la guerra en el seno de la culta familia del Dr. Zegarra sin el mas minimo atisbo de nacionalismo de ningun tipo pude hacerme con mi amor al Peru al que nunca he podido renunciar.
Y a mi regreso a Chile luche desde el primer momento y en absoluta soledad por reparar las ofensas al hermano pueblo del Peru que en el seno de sus clases recibió todo el impetu de la agresion con la ocupacion de su territorio y al expolio de sus bienes por parte de las tropas chilenas donde los rotos y los huasos no fueron mas que el instrumento utilizado por los poderosos.
Me he llenado de alegria al conocer vuestro valiente trabajo de ir restañando viejas heridas que solo han servido para llenar los bolsillos ajenos, porque a la patria a la que pertenecemos el comun de los chilenos nunca llego un centavo para incrementar su bienestar sobre este planeta.
Dadme la oportunidad para que desde la distancia en que vivo me pueda sumar a vuestra iniciativa y permitidme declarar mi inmenso amor y respeto al pueblo del Peru dando como primer paso el regreso a su seno de esta reliquia que sostiene el odio de nacionalismos casposos y obsoletos.
Construyamos la Gran Patria del Libertador Simon Bolivar para defender primero nuestra gente y luego nuestros bienes del expolio y la especulacion a que somos sometidos cada dia de nuestra vida.
Devuelvase el monitor Huascar ya, y todos los bienes robados y expoliados en el curso de las guerras fraticidas para reparar la heridas y nos podernos mirar a los ojos sin verguenza y sin humillacion como seres humanos.
Esta es la unica forma de educar para la paz con gestos de verdadero heroismo como es el de reconcer nuestros propios errores que nos llevaron a la guerra y sus brutales consecuencias es de nobleza de conciencia y de espiritu el reconocer los errores cometidos por ahi se comienzan a construir los caminos de la paz duradera a la que tenemos pleno derecho.
Un abrazo fraternal.
Aldo González Becerra
Dr. Aldo González Departamento de Microbiología Molecular
Laboratorio de Biología Molecular de Hongos Basidiomicetos (Lab Nº 305)
Ramiro de Maeztu nº 9 28040 Madrid Spain
Lunes 5 de enero de 2009
www.lidersanantonio.cl/prontus4_nots/site/artic/20090105/pags/20090105000831.html
Un nutrido debate en blogs y cartas de los lectores ha motivado en las últimas semanas el planteamiento del investigador del Centro de Estudios Públicos, Lucas Sierra, de entregar el Huáscar a Perú.
Al tiempo que Chile defiende con convicción sus intereses frente al país vecino -sostuvo en una columna en El Mercurio- podría devolver el Huáscar, en cuanto símbolo de lo que llama una "melancolía nacionalista" difusa e irreparable, generada por la conciencia de pérdida y que emerge en la política a la menor dificultad.
La devolución del monitor fondeado en el puerto de Talcahuano "sería un símbolo concreto, que puede ayudar a levantar las barreras que por más de un siglo han trabado nuestras relaciones", argumenta Sierra tras el reciente episodio protagonizado por el ex jefe del Ejército peruano, general Edwin Donayre, que afectó nuevamente las relaciones bilaterales.
SANTUARIO FLOTANTE
Rápidamente su columna comenzó a registrar comentarios en Internet, al igual que en las cartas de los lectores.
El ex comandante en jefe de la Armada, almirante (r) Miguel Ángel Vergara, recordó en una de ellas que el buque "permaneció en servicio activo en la Armada de Chile más tiempo que en la peruana. Y que en sus cubiertas murieron dos de nuestros héroes: el comandante Arturo Prat, en el bloqueo de Iquique, el 21 de mayo de 1879, y el comandante Manuel Thompson, durante el bloqueo de Arica, el 27 de febrero de 1880".
Agrega que las restauraciones y esfuerzos de mantención a los que ha sido sometido "se han hecho bajo la consigna de que sea un santuario flotante en homenaje y recuerdo de las glorias de las marinas de Chile y del Perú".
El almirante (r) Vergara estima que se equivocan quienes piensan que mantener el buque en Chile contribuye a exacerbar las desconfianzas entre Chile y Perú y opina que "hay otros caminos más efectivos que devolver el Huáscar para incrementar la confianza, partiendo por la enseñanza que se imparte en los colegios. Por lo demás, se devuelve algo cuando se estima que su posesión es espuria, lo que está lejos de ocurrir en este caso". Los marinos -acota- "no sólo nos sentimos con el derecho, sino también con el deber de que el Huáscar siga siendo chileno".
EL MEJOR DESTINO
El presidente de la Liga Marítima de Chile, contraalmirante (r) Eri Solís, observa que en la cubierta del blindado ofrendaron sus vidas o recibieron heridas mortales Prat, Serrano, Thompson, Aldea y otros marineros que saltaron al abordaje en Iquique, y que bajo el pabellón chileno "la unidad participó en gloriosas operaciones de combate y luego, en la paz, realizó prolongadas y fructíferas comisiones a lo largo de nuestro litoral".
En el presente -agrega- "el Huáscar constituye un majestuoso santuario donde se rinde respetuoso homenaje tanto a héroes chilenos como peruanos. Creo que este rol representa el mejor destino para tan digna reliquia naval".
SÍ A LA DEVOLUCIÓN
Radicalmente distinta es la opinión del historiador, académico y director del Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna, Sergio Grez Toso, miembro fundador del Comité Chileno por la Devolución del Huáscar al Perú ( http://devolverelhuascar.blogia.com).
Plantea que "cada cierto tiempo afloran los fantasmas de los viejos antagonismos que han perturbado las relaciones chileno-peruanas desde los inicios de la era republicana", reflejo de un nacionalismo que actúa "como un veneno que corroe, corrompe y destruye el alma de los pueblos, oponiéndolos entre sí de manera frontal, impidiéndoles percibir la causa real de sus problemas y señalando vías erróneas para su solución".
Grez sostiene que "el nacionalismo devenido en chauvinismo por la acción de los poderes interesados en ello se torna en contra de los intereses de los pueblos" y que conmemoraciones como el 21 de mayo en Chile y el 8 de octubre en Perú alimentan el odio y el desprecio por los vecinos.
El mismo efecto tiene a su juicio "la negativa chilena a devolver trofeos de guerra como el monitor ’Huáscar’. Así se eternizan rencillas de un pasado de división y enfrentamiento entre los pueblos de un continente que tiene pendientes grandes tareas para superar la dependencia, el atraso económico, las injusticias y desigualdades sociales".
De acuerdo a su planteamiento, "sólo con una revisión crítica de nuestras historias (tanto la chilena como la peruana) y con gestos políticos concretos -como fue la acertada decisión de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de nuestro país de devolver el patrimonio bibliográfico y documental robado a la Biblioteca Nacional de Lima por las tropas chilenas de ocupación durante la Guerra del Pacífico- se podrá avanzar en la vía de la hermandad entre los pueblos y del progreso social".
Concluye señalando que "para avanzar en la senda del progreso social y el entendimiento entre las naciones del continente, al igual que los libros y documentos de archivo, el "Huáscar" debe emprender el viaje de retorno a su país".
Artículo reenviado por Fernando Ruiz
Chile termina estudio y se apresta a devolver libros robados a Perú
Jueves 29 de Marzo de 2007
Fuente :DPA
La Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos, Nivia Palma, descartó que existan miles y miles de volúmenes, como señala Perú.
SANTIAGO.- El gobierno chileno completó el catastro de los libros que fueron robados a Perú durante la Guerra del Pacífico (1879-1883) y
comenzará gestiones para su futura devolución, informó hoy la Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), Nivia Palma.
La funcionaria señaló que la información reunida será comunicada privadamente a Lima, pero descartó que existan miles y miles de
volúmenes. "Hay mucho mito", puntualizó.
Palma además admitió que los materiales culturales que son sustraídos en las guerras deben regresar por principio a sus pueblos originarios.
No obstante, el canciller subrogante de Chile, Alberto van Klaveren, admitió que un número importante de los libros saqueados por el Ejército se perdieron y será imposible devolverlos a Lima.
Fuentes de Cancillería que pidieron anonimato explicaron que la devolución demorará debido a que los textos están dispersados en
diversas colecciones y se requieren diferentes resoluciones administrativas para lograr su regreso a Perú.
"Se hará un estudio caso a caso", explicaron, detallando que aún no empiezan los trámites.
La devolución de estos textos, que los peruanos estiman en 10.000 unidades, es considerada un gesto indispensable por Perú.
De hecho, el director de la Biblioteca Nacional de dicho país, Hugo Neyra, planteó que Chile como un primer paso simbólico debía devolver al menos tres textos fundamentales.
En su opinión, esas obras deberían ser las primeras ediciones del cronista peruano Garcilaso de la Vega, el Inca, la enciclopedia de
Diderot y las narraciones "Viajes extraordinarios".
Fuentes internas de la Dibam no confirmaron si el catastro definitivo incluía esos volúmenes.
© Empresas El Mercurio S.A.P., editor del diario La Segunda.